martes, 17 de noviembre de 2009

La Lucha De Un Canto Libertario



Por: Natalia Elías



"Hay sobre la tierra millones de hombres que sufren: ¿por qué estáis al cuidado de mí sólo?". Estas fueron las palabras que emergieron de su último aliento, en aquél trágico accidente que acabó por completo su trascendente vida. Y es que León Tolstoi no fue un mero escritor de vanguardia, fue mucho más.
Proveniente del seno de una familia acomodada, Tolstoi tuvo una juventud ajena a su contexto. Nunca tuvo un interés mayor a los personales, ni le afectaba la difícil situación de crisis que atravesaba su país apropósito de las políticas conservadoras de la Rusia del zar Nicolás I. Sin embargo, el Tolstoi que conocemos fue completamente distinto.
Lo maravilloso del ser humano es su capacidad de cambiar, cambiar en base a su capacidad de asombro, y esto se ve reflejado nítidamente en los cambios de ideologías en el recorrido de Tolstoi por esta vida. Un encuentro cercano que lo dejaría marcado de por vida le abrió las puertas a la ampliación de su cosmovisión sobre el mundo. Su incesante búsqueda de la Paz no fue gratuita, tuvieron que pasar numerosos hechos que mortificaron profundamente su ser. Entre ellos su participación en la Guerra de Crimea como su retorno a su pueblo natal, Yasnaia Polonia, los que determinaron su porvenir.
Es admirable el contraste entre su vida despreocupada sin obligaciones y su vida trastocada de manera inexplicable por la injusticia y desigualdad actuando por la no violencia y el pacifismo. A raíz de abrir los ojos ante la miseria y servidumbre de la que lo pobladores de Yasnaia, Polonia se veían obligados a vivir, una intensa sensibilidad social empezó a brotar de su interior. El establecimiento de una escuela pública donde los niños puedan acceder a una educación gratuita dio inicio a su larga carrera en busca de la paz y respeto de los derechos que conciernen a cada individuo. La solidaridad, el compromiso, el compartir y la sensibilidad hacia su realidad fueron determinantes en la construcción de la personalidad de Tolstoi.
Persistió mucho en su creencia de que la Paz nos haría libres, siendo de gran influencia para diversos libertarios desde Mahhatma Gandhi hasta Martin Luther King. Considero este hecho de suma importancia ya que fomentó a las bases ideológicas de los principales cambios sociales que se desatarían en las primeras décadas del siglo XX de este mundo nuestro. Este magnífico aporte a la humanidad fue tan solo el inicio de una serie de hechos que convierten a León Tolstoi en una persona de trascendencia inigualable.
La paz que sostenía este filósofo cristiano libertario y anarco pacifista han ido tomando peso en la época contemporánea, por lo que conocer a León Tolstoi te da paso a comprender mejor la sociedad y actuar por construir entre todos Paz, por la que él tanto luchaba. Por mi parte, sus obras me llevan a hacer comparaciones con la sociedad actual, por lo que leerlas me brinda un exquisito aprendizaje.
Leer a Tolstoi: comprender, criticar, disfrutar. Imprescindible.

El final feliz de Ulises no es el final feliz de quienes lo acompañaron


Por Yaku Fernandez Landa
La obra pilar de la cultura occidental, la Odisea, representa el compendio de los valores y costumbres que el pueblo griego vio necesario cultivar, y que bajo la narrativa de Homero se ven reflejados como ejemplo a seguir y a mantenerse como modo de vida. La obra cuenta el apoteósico esfuerzo del Rey de Ítaca por regresar al lado de su esposa e hijo y concluye con un final feliz, donde Ulises, el rey, regresa a su cargo y permanece cerca a su familia. Es este final feliz, el que muchos desearían tener en sus vidas, es este el final feliz que a muchos se les niega. Y es que las historias que no terminan así, son las historias de los que no llegaron con Ulises a Ítaca, son las historias de los nadie, de los que nunca están reflejados, a pesar de ser mayoría.

No le quiero echar la culpa a Homero pero quien haya creado esta historia tan apasionante y representativa de un pueblo, posiblemente no creyó necesario contar un cuento de los desposeídos. Al fin y al cabo, ellos son vistos como los peores ejemplos de la sociedad, y no van acorde con las intenciones. La perspectiva en la que está contada, es la perspectiva de los que están allá arriba, la familia real, donde contradictoriamente con lo que ocurre en la vida real, existe mucho amor y fidelidad. A lo largo de la historia, muchos escritores han hecho conocer a sus pueblos, desde la vida de los aristócratas, y más tarde, desde los burgueses, como si su condición fuese la de las grandes masas. Y es que pocos se han atrevido a contarla desde abajo, desde el que sufre y muere, con final más infeliz que alegre.

Y es que lamentablemente el poder de la palabra y la escritura, poderes que son los talentos del intelectual, han sido la capacidad de algunos, resaltando sobre los demás. Los escritores son seres extraños en una sociedad, son venerables artistas que tienen en sus manos, el predominio de la leyenda, el documento que va perdurar como crónica de una sociedad. El escritor es el único testigo tomado en cuenta para hablar, porque sabe hablar. ¿Cuántas historias y pensamientos se han perdido por la desgracia de no saber escribir?, ¿Cuántos analfabetos están quedando mudos en la historia oficial?, ¿Cuántos griegos han permanecido al margen de la historia por no poder leer la Odisea y menos poder escribir sus experiencias?, ¿Cuántos relatos asombrosos y magníficos han tenido que quedarse en tradición oral?

Yo no concluí de leer la Odisea sin sentirme un poco lamentado por los miembros que perecieron (todos) de la tripulación de Ulises. Estos hombres que seguramente eran esperados por sus vástagos y abnegadas esposas. Hijos que no conocieron padres, y esposas que no aguantaron porque el que regresaba no era ni noble ni rey. A pesar de que eran pésimas personas, con personalidades recurrentemente opuestas a la de Ulises, su condición era predecible desde antes que nacieran, no iban a tener la misma oportunidad que el rey para convertirse en seres respetables. Y estaban en cierta forma condenados a la pérdida y a la derrota. Al autor no le importó mucho y murieron como vivieron, como lo que fueron.

Los parias modernos de la india, los provincianos de Lima, los peruanos de Europa, los niños lustrabotas de Polonia, son los discriminados, los excluidos de sociedades que como en la Ítaca griega, se extinguen bajo la sombra de los importantes, los que andan enternados, supuestos héroes, capitalistas exitosos, que no son más que promiscuos del negocio. Ulises es más digno que estos hombres, porque algún aprecio tenía por algunos de sus acompañantes. Y en este año, donde más de mil millones de personas sufrirán de hambre, las noticias se concentran en la pérdida que famosos sufren en sus cuentas bancarias, y que a pesar de eso, no les hará falta el desayuno, el almuerzo y la cena, en fin, la barriga llena.

Felizmente existen las utopías, y hombres y mujeres dispuestos a creen en ellas. Felizmente hay escritores que han pertenecido al realismo, y han ensayado realidades fieles a la sociedad. Las utopías, como diría un uruguayo, por más que parezcan imposibles, sirven. Y sirven para avanzar, a pasos cortos, pero para avanzar. Si no pregúntenle a Penélope, cuyo sueño supremo siempre fue el mismo, y a su esposo Ulises que mantuvo el mismo norte, a pesar de los pesares. Algo valioso tiene la odisea, haciendo una comparación con la actualidad, donde muchos son los pobres donde el amor es la principal virtud, y muchos son los ricos donde el dinero es la principal distracción, la familia de Ulises llevaba una vida de ricos, pero tenía valores de pobres.

martes, 23 de septiembre de 2008

El viejo, el mar y el mensaje

Por: Isaías León Cépeda

Esta es la segunda vez que me siento a escribir este ensayo. Hace unos días tenía problemas para elegir sobre qué tema respecto a Hemingway y su obra escribir. Me estuve preguntando si escribir sobre su vida, su persona, sus obras. Finalmente, me decidí por escribir en particular sobre la obra que leí, El viejo y el mar, y que disfruté y aprecié mucho por dos principales razones que explicaré a continuación.
Una de ellas fue el impacto que tuvo este libro en mí. Inmediatamente después de terminarlo, me quedé con una sensación de cierto desconcierto, pues en un primer momento no supe si “debía” alegrarme o entristecer por el desenlace de esta interesante historia. Luego, pensé en que lo más importante no había sido la, igual triste, pérdida del pez, sino el triunfo moral y lo valioso del esfuerzo realizado por el viejo.
El pescador pudo demostrarse a sí mismo y al resto que era capaz de conseguir lo que se había propuesto, y que, a pesar de las terribles dificultades que tuvo que enfrentar durante su travesía en el mar, logró vencer al pez más noble, grande y poderoso con el que se había enfrentado en su vida y regresar sano y salvo a su querido pueblo, donde se ganó la admiración del resto.
La segunda razón es la importancia y vigencia que considero tiene el mensaje de El viejo y el mar para la vida en general. Es un hecho que en la vida uno se encuentra con altos y bajos, con problemas y retos, algunos más difíciles que otros, pero creo que algo esencial es la manera de afrontarlos.
A lo largo de la historia Hemingway presenta una perseverante lucha de una persona, representada por el viejo, por alcanzar un objetivo, y éste, a pesar de encontrarse frente a muchas adversidades, no se rinde, al contrario, conforme se desarrolla la historia y crecen los problemas, el viejo se esfuerza aún más, dando lo mejor de sí por alcanzar su meta.
Creo que algo muy valioso que me ha dejado El viejo y el mar es ese mensaje. Un viejo, con humildad, paciencia, honor y perseverancia, se enfrentó y engrandeció frente al poderoso mar. ¿Por qué no enfrentar así también los retos que se nos presenten en nuestra vida?

domingo, 3 de agosto de 2008

Desarrollo Sostenible: ¿una Ítaca en tiempos modernos?


Por: Natalia Elías
Cuando hablamos de Ítaca, evocamos una larga tira de imágenes clásicas, islas, cíclopes, ovejas, mar, sirenas, barcos, reinas, reyes, etc. Pero ¿Qué es Ítaca? ¿Cuál era su importancia en la famosa obra La Odisea? ¿Cómo se puede acoplar en nuestro contexto? Hablar de Ítaca es sin duda un trabajo extenuante, pero no difícil cuando lo encajamos en nuestros tiempos y en nuestro contexto.
Ítaca es aquel objetivo o sueño que quieres alcanzar. En la Odisea, Ítaca es una isla en medio del Mar Jónico. Es el lugar a donde Ulises desea llegar con todo el corazón. Obviamente, si pensamos en la actualidad, nuestra Ítaca social no tiene que ver con aventuras.
Temas globales encierran Ítacas globales. Partiendo de los muchos problemas que acontecen el mundo, se puede deducir que las Ítacas globales son la paz mundial, la estabilidad ambiental, la erradicación total de la pobreza, la democracia y los elementos fundamentales para el desarrollo sostenible.
Cuando Homero escribió la Odisea, nunca se imaginó que su obra iba a ser el ejemplo literario de muchas más. Y mucho menos un ejemplo de vida para las siguientes generaciones.
En la antigua Grecia era muy importante la apreciación de los distintos tipos de cualidades morales que presentaba la Odisea. Fuerza, valentía e inteligencia siempre eran las virtudes admiradas en aquel tiempo, tal como se presentaban en los diversos personajes de la obra, Ulises y Telémaco se convirtieron rápidamente en un modelo de hombre a seguir.
Siglos después, los pensamientos y formas de evocar la vida han cambiado, las cualidades morales han ido evolucionando conforme ha fluido la historia. Más aún, ha cambiado la relación entre la Ítaca de la Grecia antigua y las Ítacas que podemos encontrar hoy en día. Actualmente, vivimos en un mundo de tecnología, contaminación, capitalismo y pobreza. Pocos tienen mucho y muchos tienen poco. Todo se solucionaría con un poquito más de sentido de desarrollo sostenible, ¿no?
El desarrollo, en pocas palabras, es el “vivir bien” para todos los seres humanos, o sea vivir teniendo todas las posibilidades de elegir y lograr lo que se quiere ser y hacer en la vida, con un ingreso digno, educación, libertad y salud. A la vez, este “vivir bien” debe darse de manera que tenga los mínimos efectos negativos para los otros seres del planeta, tanto en el presente como en el futuro. Que linda sería la vida si se llegara a un desarrollo sostenible. Una Ítaca ideal.
Sí, la vida y el modo de apreciarla ha cambiado mucho desde la antigua Grecia, la forma en que la concebimos es muy distinta. Las personas han cambiado y el mundo también. Odiseo pasó a la historia pero nuestro mundo, no. ¡Cuan sorprendido estaría Homero!
Desarrollo sostenible. Una sociedad mejor. Un mundo mejor. ¿Quién mejor que nosotros para realizarlo? Como única especie con un gran desarrollo evolutivo, se puede decir que el cambio sí se puede, podemos llegar a nuestra Ítaca. Habrá muchas olas gigantes, cíclopes y dioses que querrán impedírnoslo, pero si Ulises pudo llegar, sin duda nosotros también.
Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca
debes rogar que el viaje sea largo,
lleno de peripecias, lleno de experiencias.
No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes,
ni la cólera del airado Posidón.
Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta
si tu pensamiento es elevado, si una exquisita
emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo.
(…)
Debes rogar que el viaje sea largo,
que sean muchos los días de verano;
que te vean arribar con gozo, alegremente,
a puertos que tú antes ignorabas.
Conserva siempre en tu alma la idea de Ítaca:
llegar allí, he aquí tu destino.
(…)
Mas no hagas con prisas tu camino;
mejor será que dure muchos años,
y que llegues, ya viejo, a la pequeña isla,
rico de cuanto habrás ganado en el camino.
No has de esperar que Ítaca te enriquezca:
Ítaca te ha concedido ya un hermoso viaje.
Sin ellas, jamás habrías partido;
mas no tiene otra cosa que ofrecerte.
Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.
Y siendo ya tan viejo, con tanta experiencia,
sin duda sabrás ya qué significan las Ítacas.

Ítaca. Konstantínos Kaváfis
Desarrollo Sostenible: ¿una Ítaca en tiempos modernos?

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Ernest Heminguay: Mi vida, la mejor aventura

Por: Piero Mendoza

No soy un fanático de la lectura, no porque simplemente no me guste leer, sino que soy muy limitado y exigente con los temas que escojo, no me gusta tanto la ciencia y ficción, ni la fantasía, ni el terror; entre mis favoritos se encuentran las novelas autobiográficas (por decirlo de algún modo), en donde los autores cuentan y crean sus historias a partir de anécdotas, sucesos y cosas de su vida, esas experiencias siempre me llenan, siento que es un campo en donde el autor fácilmente puede transmitirte diferentes sensaciones y recuerdos, por la simple razón de que él las ha vivido.

Hemingway, posee un estilo en donde la narración parece un larguísimo reportaje o columna de algún diario; su experiencia como periodista fue vital para pulir su estilo y caracterizarlo por ser muy claro, directo sin muchos recursos estilísticos, ni adornos y con descripciones breves pero suficientes para hacerse entender.

Hemingway, Hemingway, Hemingway, (graben el nombre) leer a Ernest Hemingway y mas aun conocer su historia me gustó, él fue un hombre que disfrutaba al máximo de la vida, aprovechar al máximo cada minuto era su ley, gran bohemio.

Simplemente hizo de todo, no es que exagere, en verdad lo hizo, es una de las historias más simpáticas que he investigado sobre la vida de un novelista y entre los hechos más impactantes que llaman mi atención es que antes de los quince años manejaba perfectamente una escopeta de caza; a los quince participó en el diario escolar y practicó box, experiencia que marcó parte de su vida al retirase de ésta con un ojo dañado.

Antes de cumplir los diecinueve participó como voluntario en la cruz roja, fue torero, pescador y lava platos y ello no significó un problema para él, ya que en ese tiempo necesitaba dinero para poder pagar sus estudios en la universidad.

Como voluntario viajó a Milán para conducir ambulancias, fue herido de gravedad y llevado al hospital de la ciudad, donde se enamora de su enfermera y justamente el se inspira en ella para crear una de sus primeras obra “Adiós a las Armas”.

Regresó a los Estados Unidos con una medalla al valor militar por su hazaña. En su pueblo natal trabajo en dos diarios: el the Kansas City Star (antes de ir a Italia) y el Toronto Star (al regresar de Italia)

Vuelve a viajar, esta vez acompañado de su esposa y su hijo Bumby con dirección a Paris; al poco tiempo se separa de ella y dedica su tiempo a escribir.

La guerra fue un hecho que lo acompañó toda la vida, la primera y la segunda guerra mundial marcaron un carácter muy emotivo en sus obras y es en Paris donde logra contactarse con otros escritores para formar la famosa “THE LOST GENERATION” (la generación perdida) la cual tenía un carácter de total rechazo a la guerra y a la terrible situación en la que se encontraba ese continente. España, EE.UU. y África fueron sus principales estancias hasta que, al pasar la segunda guerra, parte para Cuba y se instala en la Finca Vigía.

No escribe nada durante 10 años, hasta que en 1952 da a luz una de sus mejores obras, o la mejor, “EL VIEJO Y EL MAR”, que significó para Hemingway, el aprecio de los pescadores de Cuba, un premio Pulitzer (1953) y un Nóbel (1954).
El final de su vida fue muy triste una crisis nerviosa lo llevó a suicidarse con una de sus escopetas favoritas.

Esa es una peculiar historia llena de aventura, es para mí la mejor carta de presentación, no sé que tanto les haya impactado pero este autor posee un “currículo” formidable.

Bueno, para todos los que disfrutan de la lectura y hasta los flojos o los que no leen por que no se dan un tiempo (como en mi caso), solo les digo, prueben con Hemingway, es más que seguro que les gustará.

martes, 18 de septiembre de 2007

¿Por qué admirar a Herman Hesse?


Por Noelia García

A veces se me hace muy difícil hablar de escritores, qué decir de ellos, ¿hablar de sus vida?, eso está en cualquier página de Internet sobre literatura; ¿de sus obras?, se pueden encontrar en cualquier biblioteca; ¿de sus estilos?, también es fácil de comentar. Es más, toda la información que aquí pueda decir de algún autor, ya ha sido escrita o comentada. En cuestión; ¿qué decir sobre un escritor sobre el cual ya se ha hablado tanto? ¿Qué puedo decir sobre Herman Hesse...que no sea la inferencia, o el parafraseo de alguna persona que la admira?
Solución, puedo decir que fue un ser humano, como yo, como tú, como él y ella, que vivió, trascendió y dejó huella en la literatura, tan fuerte, que se puede percibir en mi artículo, el cual, en mi afán de no ser como otros, intenta ser único.

El dolor que nos causan ciertas circunstancias de la vida pueden llevarnos a autodestruirnos o superarnos. Herman Hesse pasó por ambos procesos, intentó suicidarse y su catarsis fue la escritura.
No podría ser de otra forma, su estilo no está encasillado en alguna corriente, es que si la escritura fue su catarsis, cada historia y cada personaje tiene algo de sí; habla de soledad, del miedo, la culpa, de la necesidad de trascendencia y la búsqueda de la sabiduría. Cada uno de estos temas lo tocaron profundamente. Esto es fácil de comprobar en muchos hechos de su vida: la soledad, con su poco interés por el contacto social, el miedo y la culpa; cuando vivió esos años terribles en una institución mental y luego en una para “jóvenes problemáticos”, la necesidad de trascendencia y la búsqueda de sabiduría a lo largo de toda su carrera de escritor.

Su autenticidad se vio plasmada en otros ámbitos de su vida; no se quiso politizar, no quiso involucrarse en guerras y siendo consecuente con su tendencia pacifista tuvo que dejar su país a raíz de sus comentarios, buscando que éste no caiga en el nacionalismo.
Hace falta mucho valor para no comprometer nuestra forma de ser y dejarse llevar por el “quedar bien” con los demás y encima, afrontar las consecuencias de ello.

Fue por eso y por su rebeldía que marcó influencia en los hippies, mas creo que estaría equivocada en llamarla rebeldía; sería mejor considerarlo como un afán por no seguir lo tradicional, asunto que causa gran admiración en mí. Él fue capaz de decirle no a la educación tradicional y ser un autodidacta, basando su carrera - primero de periodista y luego de novelista poeta - en la lectura de filología, teología, leyes y psicoanálisis; haciéndonos ver, que no hace falta el título y el método para ser exitoso.
Después de dar ciertos datos y opiniones, puedo decir y reafirmar mi admiración hacia este escritor. Sin embargo, no son sus libros, ni su estilo, ni los temas de sus obras lo que me asombran; es su vida lo que en verdad me inspira. Son aspectos de ésta que veo reflejados en la mía, pero que él ha sabido con mucho valor afrontar.

La superación de su estado de depresión en la adolescencia y su forma de ser única y contestataria me hacen ver que salir adelante frente a las peores dificultades es posible, que ir en contra de lo “normal” (que no siempre es lo correcto) es posible, solo hace falta un poco de firmeza y sobre todo, que no son los textos ni la belleza de estos lo que importa, son nuestros actos los que nos definen como personas y nos hacen trascender.