martes, 23 de septiembre de 2008

El viejo, el mar y el mensaje

Por: Isaías León Cépeda

Esta es la segunda vez que me siento a escribir este ensayo. Hace unos días tenía problemas para elegir sobre qué tema respecto a Hemingway y su obra escribir. Me estuve preguntando si escribir sobre su vida, su persona, sus obras. Finalmente, me decidí por escribir en particular sobre la obra que leí, El viejo y el mar, y que disfruté y aprecié mucho por dos principales razones que explicaré a continuación.
Una de ellas fue el impacto que tuvo este libro en mí. Inmediatamente después de terminarlo, me quedé con una sensación de cierto desconcierto, pues en un primer momento no supe si “debía” alegrarme o entristecer por el desenlace de esta interesante historia. Luego, pensé en que lo más importante no había sido la, igual triste, pérdida del pez, sino el triunfo moral y lo valioso del esfuerzo realizado por el viejo.
El pescador pudo demostrarse a sí mismo y al resto que era capaz de conseguir lo que se había propuesto, y que, a pesar de las terribles dificultades que tuvo que enfrentar durante su travesía en el mar, logró vencer al pez más noble, grande y poderoso con el que se había enfrentado en su vida y regresar sano y salvo a su querido pueblo, donde se ganó la admiración del resto.
La segunda razón es la importancia y vigencia que considero tiene el mensaje de El viejo y el mar para la vida en general. Es un hecho que en la vida uno se encuentra con altos y bajos, con problemas y retos, algunos más difíciles que otros, pero creo que algo esencial es la manera de afrontarlos.
A lo largo de la historia Hemingway presenta una perseverante lucha de una persona, representada por el viejo, por alcanzar un objetivo, y éste, a pesar de encontrarse frente a muchas adversidades, no se rinde, al contrario, conforme se desarrolla la historia y crecen los problemas, el viejo se esfuerza aún más, dando lo mejor de sí por alcanzar su meta.
Creo que algo muy valioso que me ha dejado El viejo y el mar es ese mensaje. Un viejo, con humildad, paciencia, honor y perseverancia, se enfrentó y engrandeció frente al poderoso mar. ¿Por qué no enfrentar así también los retos que se nos presenten en nuestra vida?

1 comentario:

maritza dijo...

graciaz la verdasd me sirvio mucho lo qe es cribistes

me ayudastes muchismo bye