martes, 18 de septiembre de 2007

¿Por qué admirar a Herman Hesse?


Por Noelia García

A veces se me hace muy difícil hablar de escritores, qué decir de ellos, ¿hablar de sus vida?, eso está en cualquier página de Internet sobre literatura; ¿de sus obras?, se pueden encontrar en cualquier biblioteca; ¿de sus estilos?, también es fácil de comentar. Es más, toda la información que aquí pueda decir de algún autor, ya ha sido escrita o comentada. En cuestión; ¿qué decir sobre un escritor sobre el cual ya se ha hablado tanto? ¿Qué puedo decir sobre Herman Hesse...que no sea la inferencia, o el parafraseo de alguna persona que la admira?
Solución, puedo decir que fue un ser humano, como yo, como tú, como él y ella, que vivió, trascendió y dejó huella en la literatura, tan fuerte, que se puede percibir en mi artículo, el cual, en mi afán de no ser como otros, intenta ser único.

El dolor que nos causan ciertas circunstancias de la vida pueden llevarnos a autodestruirnos o superarnos. Herman Hesse pasó por ambos procesos, intentó suicidarse y su catarsis fue la escritura.
No podría ser de otra forma, su estilo no está encasillado en alguna corriente, es que si la escritura fue su catarsis, cada historia y cada personaje tiene algo de sí; habla de soledad, del miedo, la culpa, de la necesidad de trascendencia y la búsqueda de la sabiduría. Cada uno de estos temas lo tocaron profundamente. Esto es fácil de comprobar en muchos hechos de su vida: la soledad, con su poco interés por el contacto social, el miedo y la culpa; cuando vivió esos años terribles en una institución mental y luego en una para “jóvenes problemáticos”, la necesidad de trascendencia y la búsqueda de sabiduría a lo largo de toda su carrera de escritor.

Su autenticidad se vio plasmada en otros ámbitos de su vida; no se quiso politizar, no quiso involucrarse en guerras y siendo consecuente con su tendencia pacifista tuvo que dejar su país a raíz de sus comentarios, buscando que éste no caiga en el nacionalismo.
Hace falta mucho valor para no comprometer nuestra forma de ser y dejarse llevar por el “quedar bien” con los demás y encima, afrontar las consecuencias de ello.

Fue por eso y por su rebeldía que marcó influencia en los hippies, mas creo que estaría equivocada en llamarla rebeldía; sería mejor considerarlo como un afán por no seguir lo tradicional, asunto que causa gran admiración en mí. Él fue capaz de decirle no a la educación tradicional y ser un autodidacta, basando su carrera - primero de periodista y luego de novelista poeta - en la lectura de filología, teología, leyes y psicoanálisis; haciéndonos ver, que no hace falta el título y el método para ser exitoso.
Después de dar ciertos datos y opiniones, puedo decir y reafirmar mi admiración hacia este escritor. Sin embargo, no son sus libros, ni su estilo, ni los temas de sus obras lo que me asombran; es su vida lo que en verdad me inspira. Son aspectos de ésta que veo reflejados en la mía, pero que él ha sabido con mucho valor afrontar.

La superación de su estado de depresión en la adolescencia y su forma de ser única y contestataria me hacen ver que salir adelante frente a las peores dificultades es posible, que ir en contra de lo “normal” (que no siempre es lo correcto) es posible, solo hace falta un poco de firmeza y sobre todo, que no son los textos ni la belleza de estos lo que importa, son nuestros actos los que nos definen como personas y nos hacen trascender.

1 comentario:

Unknown dijo...

Noelia, muy lindo artículo. Totalmente pertinente